domingo, 11 de mayo de 2014

Distancia hasta un andén

Me empujas a correr detrás
del tren,
no vaya a ser que perdamos
                               los sueños…
y yo salgo corriendo,
y me monto.


Y pregunto al regidor si
vamos en la dirección
correcta.


Y tu me asistes y el asiente
y yo busco el asiento que no tengo
y me acurruco en la ventana
y te veo lanzar                  besos…

y decirme adiós con la mirada,
y
         agitar la mano
y hacer como que lloras,
y yo como que río,
y el mundo como que todo  
                                    es perfecto.


Pero me late el corazón en modo triste,
le hacen coros de nostalgia los raíles
y me canta mi cerebro un
                           “me has decepcionado”.


Solo queda rellenar el formulario del cobarde,
mandarlo por correo dirección
                                    “que nunca se repita”
y aceptar por esta vez a la distancia,
mientras odio un no decir lo que
tenia que ser dicho.


Me queda escribir esto,
para recordar que las cosas
nunca son como parecen
y plantearme en que otros cuerpos abandono
todos los abrazos
                        que llevaban tu nombre.



sábado, 3 de mayo de 2014

24

La felicidad corrió detrás de ti
todos los años que viviste entre jardines,
cuando aun eras una niña
y el perro de tus padres jugaba
a que te protegía.

Pero dejaste de pedalear en bicis rosas,
saltaste del columpio,
te pusieron un volante entre las manos,
una mochila a la espalda,
te regalaron un futuro
que pagaste en créditos universitarios
y de vez en cuando alguien te invitó
a una copa en un mal antro.

 Besaste al amor de tu vida,
                                 y lo perdiste.

Pero llegó cualquiera,
y remedió las cartas que nunca te escribieron.

Aun sigues esperando una rosa algún verano,
una sonrisa con hoyuelos,
un “¡ey muñeca!”
con ese tono inconfundible…

Un deja vú
           que nunca se repetirá.


Pero sigues recibiendo libros cada cumpleaños,
leyendo el horóscopo tintado de café
en cualquier periódico,
vendiendo cerveza fría en jarras de medio litro
porque sabes que beber sola siempre
            fue algo parecido a tomar depresivos.


Hay días que no te gusta la música,
porque hace mucho ruido,
y el silencio es algo
para lo que parece necesario
         obtener prescripción médica.

La vida es una mierda hoy,
pero mañana es bella,
y así pasan los días y
te has plantado en 24 primaveras.


Ganarle la carrera a la felicidad
nunca
         valió
              la pena.