miércoles, 4 de junio de 2014

Creencias inconstantes.



Yo es que creo en el amor eterno,
a mi no me preguntes sobre el mundo.

Creo en las iglesias que no tienen santos,
en las almas gemelas,
en la sinceridad a su debido tiempo.

En los abrazos de las madres,
en las miradas orgullosas de los padres.
Creo en los helados de turrón en pleno invierno
y en los gofres de las ferias de verano.

En los amigos de secretos,
en los chupitos de felicidad,
en las orquestas de los pueblos.

En tus ojos celosos cuando me ven con otro.

Aún creo que algún día los bancos hablaran el esperanto,
y nada mas nos sonará a extranjero.

Que las maletas llenas de por si acaso
sólo esperan encontrarte.

Y que nada es para siempre…

                                     salvo tú.

         ¿O eso era antes?