lunes, 25 de agosto de 2014

Por amor al puto arte

Que alguien llame a las puertas del cielo
mientras suena Marlango,
mientras Marwan me lee las heridas de su juventud.

Que me  pinte las paredes Picasso con tu nombre y
Gaudí me construya el parque
en el que jugarán mis hijos.

Que venga Pilar López de Ayala y me diga
que estoy loca por seguir corriendo
detrás de cualquier bambalina;
que nadie nos fusiló aquel 5 de agosto
y que es mentira que el rojo de las rosas es el color de la sangre.

Que Tomatito me regale sus mejores acordes,
que la guitarra desafinada de estos días
pierde cualquier melodía si no baila Sara Baras
 esas quinientas noches que le costó olvidarte a Sabina.

Si nos llegan Cartas desde el círculo polar será que los
Rollitos de primavera de los años venideros
ya echan de menos a Carmen.

Que Ray Loriga saque La pistola de mi hermano
y se lie a tiros.
Que Nach nos rime los delirios que Rayden nos sueña a gritos.
.
Ha vuelto a llegar Noviembre
y los actores salen a la calle
porque donde les matan es en los teatros.

Justo cuando ya pensábamos que Candela Peña
y Micaela Nevárez no volverían a ser Princesas
nos damos cuenta de que La piel que habito pasa desapercibida
si no tengo preferentes de algún banco a la deriva.

Porque aquí los únicos que nunca se hunden son Los otros
Habrá que cruzar el charco, este ya No es país para viejos.

Que alguien llame a las puertas del cielo,
que se lleve a los políticos,
y rescate a los artistas españoles de este puto infierno.


sábado, 23 de agosto de 2014

martes, 12 de agosto de 2014

Antes y después

Antes:  

Nos íbamos a fumar una clase,
a correr calle abajo hacia los árboles,
a bebernos los chistes de la mesa de al lado.
A comprar ron con cola,
a colarnos en baños.


Antes…

cogíamos los trenes para bajar en marcha,
nadábamos en lagos,
bajábamos la guardia,
saltábamos los charcos.


Antes:

Estabas,
           y estábamos.

No había cien excusas
ni mentiras baratas
ni había cheques falsos.


Antes          eran    cafés     de       horas,
eran sueños despiertos,
eran besos sin miedos,
eran noches
             de INFARTO. 



Ahora
fumamos en descansos.

Corremos calle abajo hacia el trabajo
a bebernos de un trago
los quinientos papeles de la mesa de al lado.

A comprar whisky a secas
a dejar de colarnos.


Ahora
no cogemos los trenes  
no vaya a ser que exploten en cien mil pedacitos
todas las ilusiones.

Ahora:

No ESTÁS,
         no      estamos…

las mentiras son caras
y si faltan excusas
pues nos las inventamos.



Ahora ya no hay “cafésdehoras”.

Los sueños son de otros,
los besos son de pega,
las noches son de insomnio.


Antes,
¡joder!
no había que llamarse de antemano.

Ahora,
no sé…
las cosas está claro que han cambiado.